Las emociones que se esconden tras el sobrepeso y la obesidad.
Muchas personas que tienen sobrepeso u obesidad relacionan su estado de salud con el peso. Pero sé que pocas se dan cuenta de que su condición emocional es el origen del problema.
A menudo, se sienten culpables por cómo se ven y su autoestima disminuye.
Sentirse así puede motivar a la persona a comer más para aliviar la culpa, la vergüenza o la tristeza.
El sobrepeso está asociado a una mala salud física y a un aumento del riesgo de tener enfermedades como la diabetes.
Sin embargo, el hecho de que esta condición pueda afectar negativamente nuestra salud no significa que haya que echarle la culpa de todo.
Los médicos y los especialistas en dietética pueden ayudar a las personas a sentirse bien con su aspecto físico y ayudarles a bajar de peso de forma controlada.
Pero a veces no es la única ayuda que necesitamos.
El miedo a no poder controlar el sobrepeso
Conozco a muchos que se les hace muy complicado mantener un equilibrio en su peso. Algunos, incluso temen que el problema esté más allá de su control.
Les cuesta muchísimo resistirse a los dulces, las patatas fritas y la comida rápida. Aunque estas personas sienten que pueden utilizar toda su fuerza de voluntad para controlar su peso, la realidad es que en ocasiones, esta no es suficiente.
El miedo a no poder controlar su peso y la ansiedad que esto causa, son una de las principales razones de que las personas no se sepan ayudar a sí mismas, y que se sientan incapaces de tomar las riendas de su salud.
A veces, piensan que se deben sentir culpables por su peso, por lo que no se encuentran motivadas para realizar los cambios necesarios en sus vidas.
Se sienten incluso menos capaces de cambiar sus rutinas.
Las emociones que pueden causar el sobrepeso
Las emociones negativas pueden causar el sobrepeso y no atenderlas podría perpetuar este estado. Por ejemplo, la ansiedad está asociada con el aumento del apetito.
En estos casos, la ansiedad puede ser la causa de mi incremento en la ingesta de calorías, y no la consecuencia del sobrepeso.
La tristeza, la depresión y las enfermedades físicas pueden provocar cambios en nuestro índice de grasa corporal y otros síntomas como pueden ser la apatía, el aislamiento o la falta de motivación para realizar actividad física.
El estrés también está asociado con el aumento del hambre y el incremento del riesgo de sobrepeso.
La ansiedad
Las personas que presentan está afección pueden sentirse más ansiosas por la comida, ya que suele provocar un alza en el antojo.
El deseo por comer es una manera de contrarrestar la ansiedad.
Puedo mencionar que este estado puede originarse por una sensación de pérdida de control, por ejemplo, ante una emergencia.
Las personas que tienen ansiedad pueden sentirse impotentes ante ciertos problemas de la vida como el estrés laboral, la muerte de un familiar o una situación de maltrato.
Por tal motivo, la inseguridad se apodera de ellas y creen que los demás no las juzgarán bien.
Su autoestima se ve afectada y pueden sentirse incómodas consigo mismas.
La tristeza
El sobrepeso y la obesidad son la causa de la tristeza de muchos. Este estado los hace vulnerables e impide que realicen cambios en su vida. Incluso provoca que la situación permanezca igual indefinidamente.
Para aliviar la tristeza, la persona puede comer más para sentirse mejor.
La depresión
La depresión puede causar el sobrepeso, pero el sobrepeso también puede provocar la depresión.
La persona que se deprime por primera vez tiende a comer más para aliviar la sensación de vacío.
La diabetes, una consecuencia que hay que evitar
Cuando la persona que se enferma con diabetes tipo 2 es más pesada, tiene un mayor riesgo de presentar enfermedades como la hipertensión, afecciones coronarias y nefropatía.
La diabetes también puede causar el sobrepeso o al menos mayor apetito.
La persona con diabetes tipo 2 tiene un mayor riesgo de padecer problemas de peso porque la insulina es menos efectiva.
Esta hormona regula los niveles de azúcar en la sangre. Cuando la glucosa está por encima del nivel normal, puede provocar estados de ansiedad y depresión.
¿Cómo combatir la obesidad causada por las emociones?
Para combatir la obesidad por un estado emocional desequilibrado, lo primero que recomiendo es tratar las distintas causas que provocan la situación.
Para ello, se debe buscar ayuda profesional, que puede ser de distinta índole. Por ejemplo, se puede hablar con el médico de cabecera, pedir ayuda de algún psicólogo, recurrir a una terapia de pareja o simplemente solicitar una consulta con un terapeuta especializado que acompañe a la persona en su proceso de autoindagación.
Si se inicia un tratamiento, lo importante es evitar los cambios bruscos que puedan afectar a la salud y la las rutinas de la persona que se trata, ya que los extremos siempre son perjudiciales.
Puede ser que se necesite más tiempo, pero es mejor esperar a lograr cierto equilibrio emocional antes de empezar a hacer cambios importantes en la nutrición o la actividad física, que si se debería ir adecuando de forma paulatina.
Es bueno tener en cuenta que las emociones que condicionan nuestro bienestar no deben ser una excusa para no hacer nada. Cualquier estado emocional sí se puede manejar, cuando tenemos voluntad y constancia.
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